La planta de la lavanda, conocida científicamente como Lavandula officinalis, tiene interesantes propiedades medicinales, para aliviar el dolor, principalmente en los casos de tortícolis y dolores musculares en general.
La planta florece en verano y la recolecta de las flores para uso medicinal se lleva a cabo en los meses de julio y agosto. Se recolectan las flores cuando están abiertas, ya que la parte interesante es la sumidad florida, así que el mejor momento para coger lavanda es elegir un día soleado y bien entrada la mañana. Como contiene componentes alcohólicos, se debe secar a la sombra y a una temperatura inferior a los 35 ºC. A mayor temperatura se evaporan los alcoholes, se altera la esencia y se pierde la actividad terapéutica de la planta.
Hay varias formas de utilizar la lavanda para disminuir estos dolores:
- Para reducir los dolores lumbares, se puede aplicar compresas con una infusión de lavanda sobre la zona afectada. Es importante que la infusión se encuentre tibia y es necesario que la compresa se aplique durante unos 10 minutos.
- Si es que sufres de tortícolis o intenso dolor de cuello, es recomendable realizar una mezcla de una cucharadita de aceites esenciales de lavanda con una cucharadita de aceite de oliva. Con esta mezcla debes masajear el lugar del cuello que se encuentra adolorido.
No es aconsejable aplicar los aceites esenciales de la lavanda directamente sobre la piel y tampoco realizar la mezcla anterior de forma muy frecuente, ya que puede ocasionar efectos secundarios, como reacciones alérgicas o irritación.
- Para aliviar los dolores o el cansancio en los pies, se puede rellenar una cubeta con un litro de infusión de lavanda y dejar remojar los pies durante unos 15 minutos. Para incrementar este beneficio se pueden realizar masajes en la planta del pie.
Propiedades:
El componente principal de la lavanda es el aceite esencial, que contiene alcoholes terpénicos (linalol, geraniol y borneol) y sus esteres, entre otras muchas sustancias, responsables de sus propiedades sedantes del sistema nervioso central, hipotensoras, anti infecciosas y bactericidas. La lavanda es un remedio eficaz para calmar los nervios y en caso de ansiedad, irritabilidad, insomnio, taquicardia y migrañas. Es también excelente como tónico digestivo ya que ayuda a expulsar los gases y a eliminar los desagradables retortijones. Por su acción calmante, antiséptica y cicatrizante, en uso tópico se aplica en baños y compresas para tratar dolores reumáticos, infecciones cutáneas, heridas, picaduras de insectos, etc.
Precauciones:
Se aconseja no aplicar aceites esenciales de lavanda por vía interna durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de seis años ni a quienes sufren trastornos gastrointestinales de diversa índole (gastritis, úlceras, colon irritable, colitis, etc.) o padecen epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas. El aceite esencial puede provocar dermatitis de contacto a personas sensibles y en dosis elevadas es neurotóxico.
La lavanda, también conocida como lavándula, posee propiedades sedantes, las cuales se encuentran principalmente en sus flores, y en menor medida en las hojas. Debido a esto, el consumo de las infusiones descritas anteriormente, son muy útiles para tratar casos de nerviosismo o ansiedad, además de atenuar los efectos que estas situaciones pueden generar, como por ejemplo dificultades al dormir.
Esta infusión de flores de lavanda es muy útil para reducir la presión arterial, estando especialmente indicada para aquellas personas que padezcan de hipertensión.
Infusión de lavanda
Consiste en verter una taza de agua caliente o recién hervida sobre una cucharada pequeña de flores lo que equivaldría a un peso aproximado de 2-3 g (si se trata de hierba fresca la cantidad suele ser el doble) y dejarla reposar entre 5 y 10 minutos y se tapara para que no se evaporen las propiedades que se encuentran en sus aceites. Si tiene un sabor que no resulta agradable es mejor endulzar con miel.
Si se desea preparar en algún recipiente, se debe utilizar medio litro de agua. Cuando está a punto de hervir se añaden 6 cucharadas pequeñas de flores secas o 10 de tierna - entre 20 y 30 g respectivamente y se sigue el proceso anterior. Debe guardarse en la nevera o en un lugar fresco si se desea conservar, no debiendo hacerlo más allá de un día.
Normalmente se toman de 2 a tres tazas al día.